Primero empecé con los pendientes y colgantes de abalorios, que me llené el joyero en un momento, y luego me di cuenta que nunca llevo pendientes ni colgantes más que en ocasiones muy especiales. Ahora sólo hago cuando necesito alguno para alguna boda.
Después empecé con los jabones, primer intento y lo abandoné porque no me salieron a la primera (ya lo sé, hay que insistir un poco más....)
Y luego pues he ido haciendo diversas cositas: diademas, hace dos veranos me hice el tocado para una boda... y alguna cosilla más.
El caso es que hace unos años compré en este Mercado de Artesanía unos cuelgapendientes para mí y para una amiga, y mirando un día el mio, dije: pues esto no parece muy difícil de hacer, sólo se necesita unos paneles, un poco de malla, silicona, pintura acrílica para pintarlo y algo para decorarlo...
Me puse manos a la obra, e hice dos para mis amigas.

Las fotos son malísimas, lo sé, pero están hechas con el móvil cuando los hice, y no pensé que dos años después escribiría un blog donde podría publicarlos.
La semana que viene vuelvo con la habitación de Sara casi al completo
Besos y abrazos